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El sobrecalentamiento de un local en la playa de Bellreguard llevó a las autoridades a destapar una granja doméstica de criptomonedas, y ahora la Guardia Civil investiga si el responsable de la mina de monedas virtuales, cuya actividad no es ilegal, cometió defraudación de fluido eléctrico.
Según informaron fuentes de la Guardia Civil, en el local trabajaba un total de 15 equipos informáticos de gran potencia. Era tal el calor que desprendían que el propietario ideó un sistema rudimentario de ventilación con tubos de aluminio que vertían todo el calor a una habitación contigua donde un solo ventilador hacía las tareas de refrigeración.
De acuerdo con la información, reseñada en el portal de Onda Cope Naranja, el equipo de ventilación insuficiente fue el motivo del sobrecalentamiento de las paredes y techo del local.
Fue tal la temperatura alcanzada durante varios días, que los vecinos del edificio comenzaron a sospechar. Incluso la vecina del primer piso, el ubicado inmediatamente encima del bajo, se quejaba de que si caminaba descalza por su casa se quemaba los pies.
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Alarmados, decidieron alertar al 112 de un posible peligro de incendio que movilizó a Bomberos, a la Policía Local y a la Guardia Civil.
El propietario se apersonó en el local. Declaró a los agentes de la Guardia Civil que una persona de Barcelona era la responsable de las operaciones con los equipos de minería de criptomonedas y que se había comprometido a abonar el importe del fluido eléctrico. Cuando se enteró que la granja había podido triplicar el gasto de luz de todo el edificio apagó los servidores.
La investigación trata de dilucidar si hubo defraudación de fluido eléctrico por lo que se incoaron diligencias a la espera de los informes de la operadora del servicio.
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