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En la Safor cerca de 70.000 personas tienen un puesto de trabajo, y cada semana, realizan unas 24.000 horas extra de las que se estima que la mitad, unas 12.000 horas, están en el limbo, es decir, que no se pagan o no están registradas.
En reciente entrevista en el programa El Abierto de Hoy por Hoy Gandia, el secretario general intercomarcal de la Unión General de Trabajadores del País Valenciano (UGT-PV), Raül Roselló, destacó que esta situación genera un grave perjuicio a la economía y es uno de los motivos principales por los que urge la puesta en marcha de la ley de registro obligatorio del horario de la jornada laboral en las empresas.
Desde la UGT-PV han sido constantes las demandas por políticas que generen más empleos de calidad y políticas para erradicar la precariedad de los empleos actuales.
El sindicato advierte sobre el predominio excesivo de la vinculación del mercado de trabajo a la estacionalidad de las actividades económicas, y llama la atención que la precariedad no solo se restringe al empleo pues también se extiende al desempleo, como lo demuestra el hecho de que la tasa de cobertura ha pasado de más del 70% en 2011 a poco más del 52% en marzo de 2019.
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El representante sindical de la UGT-PV, indicó que son varias las acciones que son necesarias para enfrentar los problemas del sector laboral. Apuntó que además de un plan de choque por el empleo de calidad, la derogación de la reforma laboral para acabar con el empleo temporal, los bajos salarios y el paro de larga duración, también es urgente la ley de registro obligatorio de la jornada para acabar con ese limbo que afecta actualmente a unos 70.000 trabajadores.
Por su parte, el secretario general intercomarcal de Comisiones Obreras (CC OO), Josep Antoni Carrascosa, señaló que esta cifra en la Safor, y la economía sumergida que se genera alrededor, si estuviera controlada, podría generar en la comarca entre 6.000 y 10.000 nuevos puestos de trabajo.
Estas horas extras que se trabajan contribuyen a la productividad pero no a la mejora de salario porque no se pagan ni se cotizan a la Seguridad Social.
El problema afecta mayoritariamente a mujeres trabajadoras, y se producen especialmente en los sectores terciario, el de la banca y de la sanidad.
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