Una escultura que se realizó con los esqueletos formados por troncos y muñones de las ramas principales de dos pinos bastante grandes que resultaron quemados por el incendio fue realizada en Marxuquera, es así como los vecinos de la zona tienen dónde mirar y recordar las voraces llamas que acabaron con todo a su paso y devoraron el lugar.
Para realizar la escultura, los esqueletos han sido tratados totalmente con procedimientos tanto físicos como químicos que le han garantizado una permanencia prolongada al transcurrir el tiempo, no teniendo riesgo alguno de caída. La altura de esta hermosa escultura es de 20 metros desde el suelo. En las puntas, se pueden observar siluetas de llamas que fueron hechas con láminas de aluminio blanco reflectante que vienen a simbolizar el propio fuego del incendio, esto junto con los troncos pelados.
Y es que precisamente entre los esqueletos de los pinos, fue instalada la figura del tigre de Bengala. Para ello la figura fue tallada sobre una plancha de acero de 5mm de espesor. Su altura es de 6 metros. En la noche toda la escultura, incluyendo tanto el tigre como también las llamas y esqueletos del árbol se iluminan automáticamente y destaca en sí su color blanco.
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Esta escultura fue tanto diseñada como también confeccionada y acabada por un grupo de personas que tienen un gran talento artístico, quienes fueron dirigidos por el propietario de la parcela, quien tuvo como propósito que aquellos días que fueron realmente de angustia y también de mucha preocupación no sean olvidados. Expresó así el propietario de la parcela que esta escultura constituye un
“memorial cuya finalidad es dejar constancia de que hubo un gran incendio en la zona urbana de Marxuquera que arrasó muchos de los bellos y extensos pinares, así como los arbolados en las parcelas urbanizadas e incluso un número importante de casas habitadas''.
Indicó que el tigre representa la ferocidad característica , la voracidad del incendio, el mismo que redujo a escombros y a cenizas el lugar. Destacó que no es un homenaje sino un memorial. Tanto vecinos como turistas fotografían lo que constituye una real obra de arte que puede ser observada desde las calles adyacentes.