Desde hace algún tiempo el Ayuntamiento de Gandía se ha visto en la necesidad de cerrar el acceso a los bañistas que acuden a las playas de Venecia, porque el agua está contaminada.
Análisis practicados de manera constante a las corrientes que circulan por la desembocadura del delta del río Serpis, han activado el alerta de las autoridades locales, quienes a sabiendas de la problemática que se agrava al final del afluente, decidieron aprobar un plan para rescatar la potabilidad del agua que – además de garantizar a los bañistas la posibilidad de disfrutar del hermoso paisaje –, ponga fin a la muerte de la fauna autóctona.
“Desde hace años ha ondeado la bandera roja durante unos días en esta playa situada al lado de la desembocadura del río Serpis (Venecia) a causa de los problemas que presenta el emisario submarino y que la depuradora comarcal no tiene un tratamiento terciario, problemática que se agrava en el tramo final del Serpis por la falta de lluvias”, han dicho voceros del consistorio.
Poniéndose manos a la obra y ejecutando el plan previsto, dentro de dos años aproximadamente, la normalidad volverá a las playas de Gandía, cuando se dé finiquito al vertido de aguas negras contaminadas en el tramo final del río Serpis.
De acuerdo con la información reseñada por Levante, el proyecto prevé la construcción de un depósito de pluviales de 1 mil 600 metros cúbicos, que recogerá las aguas contaminadas y las enviará a la depuradora comarcal-
Dicho depósito estará situado al lado de la piscina del Grau y tendrá un costo de casi €800 mil, con plazo de ejecución a dos años.
“Dentro de aproximadamente dos años ya no se producirán vertidos de aguas negras contaminadas en el tramo final del Serpis, evitando así la mortandad de fauna fluvial que, junto a malos olores que molestan a los vecinos del Grau, se produce de forma cíclica, especialmente en los meses de verano, cuando el río carece de corriente natural”, precisa la información.
El problema se presenta cuando empiezan las lluvias, pues el alcantarillado de esa zona de Gandía vierte directamente el excedente de agua a la desembocadura del Serpis.
Ese líquido recogido en las calles, viene impregnado de elementos contaminantes y mucha suciedad, se mezcla con las aguas residuales del alcantarillado y finalmente se vierte en el río, originando la mortandad y los malos olores.
La solución, aprobada esta misma semana por el Gobierno local de Gandía, consiste en la construcción de los llamados “depósitos de tormenta” que además de evitar inundaciones, permitirá poner fin a la contaminación del Serpis.
El depósito – con capacidad de 1 mil 600 metros cúbicos y que estará al lado de la piscina municipal del Grau – recogerá el caudal que llegue del alcantarillado evitando que acabe en el río. Posteriormente una bomba impulsará el líquido hasta la planta depuradora comarcal, situada aguas arriba del Serpis junto al puente de Daimús, donde será debidamente tratada.
Una vez esté potable, será vertida de nuevo en el cauce, ya sin riesgo de contaminación masiva y sin que genere malos olores.
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La obra, que ejecutará el Plan Director del Alcantarillado de Gandía, está valorada en casi €800 mil y será dirigida por la empresa mixta Actuacions Ambientals Integrals, participada por el ayuntamiento, que gestiona ese servicio esencial. El dinero saldrá del recibo del agua.
El concejal de Gestión del Territorio de Gandía, Xavier Ródenas, informó que se trata de una actuación importante para el ambiente local y en especial porque el Serpis está declarado Paisaje Protegido por la Generalitat.
El vertido de aguas negras al Serpis llega a causar, casi todos los veranos, el cierre de la playa de Venecia, situada en la desembocadura, por la presencia de elementos contaminantes que, si bien no son peligrosos, afectan negativamente a la calidad del agua.