Tras años de negociaciones con el Arzobispado de València, finalmente el Ayuntamiento de Gandía logró la titularidad sobre la ermita de San Vicent Ferrer, arquitectura del siglo XV a punto de derrumbarse, aunque a cambio tuvo que ceder una parcela de 2 mil 300 metros cuadrados, edificable y apta para construir una iglesia o cualquier otro edificio de uso público, en el sector de les Foies, entre el Grau y el cauce del río Serpis.
El portal Levante, indicó que la ermita – situada junto a la carretera de Almoines, en la margen derecha del río Serpis – se encuentra cerrada y totalmente en ruinas, porque a lo largo de los años se fueron construyendo edificaciones a su alrededor. El edificio, cuya construcción se remonta al siglo XV aunque mantiene una tipología barroca, quedó aislado y encajonado entre naves industriales tras la remodelación urbanística de la partida de Benieto.
La capilla, una de las menos conocidas, es uno de los oratorios históricos de la Gandía medieval. Durante muchos años estuvo vinculada a la parroquia de Sant Jaume de Almoines. Luego pasó a propiedad del Arzobispado de València, pero quedó sometida al abandono.
El Ayuntamiento gandiense comenzó una larguísima negociación con los responsables de la Iglesia, que finalmente terminó con la permuta del oratorio por la parcela. Ahora el consistorio de Gandía asumirá la titularidad y tratará de aprovechar ese inmueble situado en su jurisdicción.
Corresponderá al cabildo asumir lo más urgente que es intentar alguna acometida para salvar lo que queda del viejo edificio.
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La titularidad pública, unido al hecho de ser un Bien de Relevancia Local, permitirá a las autoridades solicitar ayudas económicas a otras instituciones como la Generalitat y la Diputació de València.
El solar cedido al Arzobispado, está valorado en €386 mil 032.
El Ayuntamiento regirá ahora no solamente la ermita de Sant Vicent Ferrer, sino también los 207 metros cuadrados que forman la plaza situada delante de la ermita de Marxuquera – objeto de un litigio judicial que se saldó en favor de la Iglesia –, así como un solar de 353 metros cuadrados del sector de Santa Anna, correspondiente al lugar donde estaba el antiguo colegio Jesús Obrero.
Gandía contará ahora con un nuevo patrimonio público. Esa titularidad le otorga la responsabilidad de invertir dinero, primero para su recuperación y luego para garantizar su conservación.
Con este oratorio, ya son dos los que requieren obras urgentes, dado que la ermita de Martorell, también conseguida con un canje hace más de diez años, espera aún su proyecto de restauración.