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La Policía Local de Gandia detuvo a una joven de 28 años de edad, de nacionalidad española y vecina de Gandia, luego de que le fue incautado un Ipad Pro, el cual, según se dio a conocer, fue sustraído a una alumna del Instituto Tirant Lo Blanc de Gandia. Al parecer el Ipad Pro fue sustraído en un momento de descanso entre clases directamente desde la mochila de una de las chicas.
La víctima informó a los agentes de la Policía Local que al parecer eran dos chicas las involucradas en el hecho, motivo por el cual el agente inició una carrera con el objeto de ver si podía localizar a las dos personas, presuntas responsables del hecho, en el exterior del lugar, y efectivamente las ubicó específicamente en la calle Perú cruce con Cardenal Cisneros.
Al detenerlas, el agente policial les informó que debían esperar porque unas compañeras de clases querían hablar con ellas. El uniformado se dio cuenta de que ambas estaban muy nerviosas y que lo que querían eran marcharse, pero inmediatamente aparecieron tanto la dueña del Ipad como su amiga.
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Posteriormente la propietaria del Ipad le solicitó que se lo devolviera, y la chica, quien ahora está detenida, negó tenerlo, mostrando voluntariamente sus pertenencias. El policía le recordó que él era una autoridad, motivo por el cual le dijo que abriera su chaqueta, acto seguido observó un bulto rectangular encima de la cintura del pantalón, en el interior de su ropa.
El agente policial le indicó que debía sacar el Ipad y entregarlo, y así lo hizo. Luego se lo devolvió a su dueña, preguntándole además su precio, a lo que esta respondió que tenía un coste de 1.040 euros.
En tal sentido detuvo a la chica tras haber cometido un delito de hurto. En tal sentido hizo un llamado a la Central de la Policía Local para que enviaran un móvil policial. Se trataba de una joven de 28 años, quien fue llevada entonces a la Comisaría y puesta a disposición judicial. Al llegar al sitio, explicó a los agentes locales que ella había escondido el Ipad entre sus ropas, pero quien lo había robado era su amiga. Ambas comenzaron a acusarse una a otra respectivamente.
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